Como indico en «Sobre mí», mi camino profesional comienza en las aulas de Educación Infantil y Primaria para posteriormente continuar en consulta individual. Dentro del aula investigué diferentes pedagogías así como profundicé en las realidades familiares, realizando conexiones sobre las dificultades cognitivas, emocionales o de conducta que encontrábamos en los niños.
El trabajo en consulta, ligada a la supervisión con profesionales de la psicología clínica, me ha permitido seguir profundizando en las relaciones -anteriormente comentadas- entre emoción, cognición y conducta con los estilos de apego. Estas reflexiones han continuado en relación a los nuevos modelos de crianza y cómo éstos, además de impregnarse en los actuales modelos pedagógicos, también generan un efecto en los niños que habitan las aulas de hoy.
Este doble enfoque me permite guiar los procesos de asesoramiento desde una perspectiva global, atendiendo a la parte metodológica, de desarrollo evolutivo, así como del estilo de apego del niño.
Considero que el aula puede convertirse en un espacio de compensación y sanación, desde una vía cognitiva, de estructura o a través de las relaciones entre iguales o entre los docentes.